Concierto de Samuel Levi y Los Niños Perdidos en La Voragine en Santander.
Allá donde vayas, habrá un gallego que tendrá “morriña”. Muchos padres de nuestros padres vivieron la épica del emigrante gallego. Algo semejante parece revivir el joven y cosmopolita cantautor vigués, Samuel Leví, que durante los últimos 17 años acumula cerca de 400 conciertos, llenando páginas del pasaporte con sellos de variados países, y traspasando fronteras con sus canciones. En sus letras se rememoran pasajes, recuerdos, y sabores de algunas de las ciudades y de los países donde ha vivido y estudiado, como La Habana (Cuba), Buenos Aires (Argentina), Madrid (España), y en breve, se añadirá Roma (Italia), que han influenciado la música de un artista honesto y humilde desde sus comienzos.
Reconocido con el Premio Nacional 2009 al Mejor Autor de Canciones por el INJUVE (Instituto de la Juventud Español) dentro del género Canción de Autor, es galardonado recientemente con la beca MAEC-AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación como el único músico español en obtener esta distinción en el curso 2014-15, lo que le permite realizar su 3er proyecto discográfico en la Academia de España en Roma. A este álbum le seguirá una ruta-camino de peregrinación musical desde la capital de Italia hasta Santiago de Compostela, al término de la cual emprenderá una gira internacional de conciertos y presentaciones.
Y no estará solo. A su lado viajan “Los Niños Perdidos”. Bajo ese nombre se agrupan los músicos que le acompañan, una selección de talentosos instrumentistas salidos de las mejores escuelas de la península; Conservatorio del Liceu y Taller de Músics de Barcelona, Ateneo Jazz y Escuela de Música Creativa de Madrid, Conservatorio Profesional de Música de Valladolid, Escuela Nacional de Arte de La Habana (Cuba), Escuela de Música de Buenos Aires (Argentina), Escola Superior de Música de Porto y Lisboa en Portugal… Forman un elenco de altísimo nivel, coronado además, por una actriz, un biólogo, una traductora, y ¡¡Hasta un médico y un payaso!! Todos ellos contribuyen de algún modo a ofrecer un espectáculo que va más allá del escenario y que envuelve todo el teatro, la sala, el pub, el bar, o la plaza en las que actúan. La complicidad con el público es total y cada concierto distinto.